Peligros de los Sueños Lúcidos

Los peligros de los Sueños Lúcidos podrían venir de la propia actividad del Sueño Lúcido o bien de las características personales de quien practica los Sueños Lúcidos.

Peligros de los Sueño Lúcidos

¿Los Sueños Lúcidos son Peligrosos?

Todas las actividades del ser humano tienen un porcentaje alto o bajo de peligros. ¿También los Sueños Lúcidos conllevan peligros? Sí, toda actividad humana conlleva límites más allá de los cuales algo, incluso lo mejor, se vuelve perjudicial o conlleva algún peligro.

No vemos muy probable que en los sueños lúcidos encontremos verdaderos peligros. Y no conocemos personas que hayan tenido, realmente, problemas en los Sueños Lúcidos. Sin embargo, abordar este tema nos permite tomar todo, incluso lo bueno de los Sueños Lúcidos, con la moderación que da la sabiduría.

Algunos posibles "peligros" de los Sueños Lúcidos 

Este peligro consiste en reservarse para vivir las experiencias más importantes en la realidad del sueño. La persona puede llegar a pensar que la realidad que se vive en los sueños es más deseable, más gratificante, que la experiencia que tiene en la vida real. La persona quizá piense que lo que quiere vivir se encuentra más fácilmente en los sueños que en la vida real donde conseguir algunas cosas es mucho más costoso o implica mayores dificultades.

Toda actividad agradable y positiva es susceptible de provocar en nosotros un “enganche” más allá de lo saludable. Esto puede provocar en nosotros un deseo de que llegue el momento de experimentar la sensación que nos atrae de los sueños lúcidos. Por tanto, el peligro de adicción nos puede suceder también con los Sueños Lúcidos. Este peligro es fácilmente superable con un poco de “sentido común”. Pero no está demás saber que lo bueno tiene límites que nosotros debemos ponernos.

El Sueño Lúcido implica una gestión de recursos internos que nosotros mismos hacemos de forma voluntaria. No siempre nuestra forma de gestionarlo coincide con la que necesita nuestro cuerpo y nuestra mente. No tenemos toda la información para saber qué necesitamos para descansar y recuperarnos. En consecuencia, podría ser que un exceso de sueños lúcidos nos llevara a entrometernos en los procesos naturales de descanso. Por ello, lo ideal sería que, al principio, el tiempo que dediquemos a practicar el sueño lúcido sea en noches que no exijan de nosotros madrugar al día siguiente o bien utilizar el tiempo de una siesta. Así, en caso de sentirnos algo más cansados, no habría inconveniente en prolongar el descanso en el fin de semana y no comprometer nuestro trabajo u obligaciones.

A veces, cuando descubrimos algo en la vida pensamos que es lo más importante, y buscamos las ocasiones en que podamos ejercer este nuevo “poder” que hemos descubierto. Podría ser este el caso. Al vernos capacitados para controlar nuestros sueños se desboca nuestro deseo de controlarlo todo en nuestros sueños con la sensación de que si no sucede bajo nuestro control no es positivo.

Hay que tener en cuenta que los sueños tienen, de serie, un funcionamiento automático. Es decir, no necesitan de nuestro control. Por ello, no pasará nada si permitimos que en ocasiones sucedan cosas que no están bajo nuestro control. Esto permite a nuestro sistema ejercer funciones naturales de asimilación de la experiencia que nosotros todavía no entendemos. Por ello, para librarnos de este posible peligro asociado al Sueño Lúcido podemos aceptar el “dejarnos llevar” dentro del sueño.

Los soñadores lúcidos son conscientes de la realidad del sueño. Podría ser que llevado de este convencimiento de realidad llegasen a tomar lo que sucede en el sueño como real en toda su extensión. Por ejemplo, actuar “coherentemente” en la vigilia con algo que hemos dialogado con una persona en sueños. Esto podría llevarnos a algunas situaciones problemáticas, puesto que la persona en cuestión puede no tener constancia de esa conversación, a pesar de que para nosotros haya sido algo “muy real”. Esto nos obliga a cuestionarnos de la realidad del Sueño Lúcido y, especialmente, la constancia que deja en los participantes de él. Este peligro es muy real puesto que los soñadores lúcidos van ganando en memoria de sus sueños y su contenido. Por tanto, deberían tomarlo con precaución y distinguirlo de lo que sucede en la vigilia.

Los peligros no están en los sueños lúcidos sino en la condición de cada persona. Lo ideal será siempre atender nuestras necesidades con moderación e inteligencia. Y diferenciar las necesidades que han de ser atendidas en la vigilia y las necesidades que pueden ser resueltas en los sueños. No confundirlas nos puede librar de estos improbables peligros de los Sueños Lúcidos. Estos van a poner a nuestra disposición los beneficios de los sueños lúcidos sin tener que experimentar ningún peligro que pudiera estar asociado a ellos.

Según la posición teórica de la ciencia el sueño sucede en el cerebro físico. Por tanto, la acción que estamos “viendo” sucede en nuestra cabeza y es creada por nosotros. Por tanto, no cabe la posibilidad de que nuestras propias creaciones (imaginaciones) acaben siendo peligrosas para nosotros mismos, porque son “creaciones nuestras”.

Sin embargo, la experiencia subjetiva de los que experimentan sueños, convence a los soñadores de que “viven una situación de peligro”. Esta percepción no quiere decir que sea real, pero los soñadores la viven como tal. Sin embargo, los soñadores lúcidos experimentados, aprenden a manejar con inteligencia los sucesos durante el sueño y aprenden a enfrentarse a estos “supuestos peligros” de una forma inteligente.

Por eso, cuando los sueños de los soñadores lúcidos transcurren en un escenario poco agradable acaban transformándolos por su propia voluntad. Esto permite que los sueños lúcidos se transformen en experiencias más positivas que las que viven aquellas personas que desconocen la naturaleza de los sueños.

La superación de las situaciones “oníricas” de miedo, contrariamente a lo que se supondría, más que un peligro, supone una ventaja. El soñador lúcido puede aprender a enfrentarse a sus miedos reflejados en los sueños y hacerles frente de forma creativa.

Para quien está acostumbrado a la lucidez durante los sueños, como es el caso de los soñadores lúcidos, la Parálisis del Sueño es una situación familiar, parecida al Sueño Lúcido. De hecho el soñador lúcido es consciente de que está soñando (actuando y decidiendo) mientras su cuerpo está paralizado y no refleja los movimientos y decisiones que el soñador está tomando.

La Parálisis del Sueño es una condición en la que la persona está lúcida (despierta mentalmente) pero su cuerpo está inmovilizado como si estuviese en la fase REM del sueño. Esto puede suceder bien al comenzar a dormir o soñar, bien al terminar.

Por tanto, podríamos decir que la Parálisis del Sueño es mucho menos problemática para la persona experimentada en sueños lúcidos puesto que sabe que en breves instantes la parálisis terminará. Y esta actitud tranquila y relajada facilitará enormemente la rápida finalización de la Parálisis del Sueño. Por tanto, más que un peligro para los soñadores lúcidos, el sueño lúcido es una vía de solución para quien experimenta la Parálisis del Sueño.